lunes, 11 de noviembre de 2013

Inicios del cine y sus artes





El cine compendia y se basa en todas las artes. Más que ninguna otra las utiliza, trasvasa y recrea, necesita de ellas, las mejora y las difunde. Sin la literatura y los escritores, sean de novela, cuento, guión o poesía, el cine no tendría argumentos. Sin la fotografía, la pintura, la escultura y la arquitectura, no tendrían soporte estético ni justificación teórica. Sin la música y la danza, la luz o el color no podría expresarse en su plenitud. Sin las ciencias, la física y la química, la tecnología o la informática, el cine no tendría base material en que sustentarse. El cine, además, conduce a la tecnología hacia el arte, reproduce la luz y el color y eleva el movimiento y el ritmo a las alturas de las artes llamadas «nobles», para generar la fantasía, la ficción y la realidad.







Auguste Marie Louis Nicolas Lumière (Besançon, 19 de octubre de 1862 – Lyon, 10 de abril de 1954) y Louis Jean Lumière (Besançon, 5 de octubre de 1864 – Bandol, 6 de junio de 1948) fueron los inventores del proyector cinematográfico. Ambos nacieron en Besançon, Francia, pero crecieron en Lyon. Su padre, Antoine Lumière, tenía un taller fotográfico y ambos hermanos trabajaban con él, Louis como físico y Auguste como administrador. Louis hizo algunas mejoras en el proceso de fotografías estáticas. A partir de 1892 los hermanos empezaron a trabajar en la posibilidad de imágenes en movimiento. Patentaron un número significativo de procesos notables. Crearon un aparato que servía como cámara y como proyector: el cinematógrafo, que se basaba en el efecto de la persistencia retiniana de las imágenes sobre el ojo humano. Al comienzo ellos mismos cargaban las piezas de la cámara filmadora en un cajón para su traslado de un lugar a otro.





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